I
Isadora leía las borras del café, eternas filas de parroquianos esperaban en su living el turno que les adelantaría la vida. Engañó uno a uno a los consultantes, a todos les susurraba predicciones ajenas; ellos creían y bebían.
II
Es una ciudad sin bares, los cafeteros no tienen gremio ni sede ahí, están solos pasándose el mismo colador, usando el mismo gastado café. Las tazas son su vida porque esas se comparten, se prestan pero siempre vuelven buscando dueño, a veces se confunden y a veces no.Las confundidas se inmolan rompiéndose las asas, así no las agarran mas cambiándoles las suertes.
Isadora leía las borras del café, eternas filas de parroquianos esperaban en su living el turno que les adelantaría la vida. Engañó uno a uno a los consultantes, a todos les susurraba predicciones ajenas; ellos creían y bebían.
II
Es una ciudad sin bares, los cafeteros no tienen gremio ni sede ahí, están solos pasándose el mismo colador, usando el mismo gastado café. Las tazas son su vida porque esas se comparten, se prestan pero siempre vuelven buscando dueño, a veces se confunden y a veces no.Las confundidas se inmolan rompiéndose las asas, así no las agarran mas cambiándoles las suertes.
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